Mi ciudad como todas,
fatal y lentamente se disuelve.
Cada día brota una rareza,
una nueva fachada
de Cristal ahumado.
A fuerzas de anexiones
se me ha vuelto confusa;
y sin embargo,
esta banca en la calle,
basta y sobra
para llamarla todavía
mi ciudad.
Poema de Eduardo Hurtado
Fotografía de Penélope Sierra
En la ciudad se vive la tensión de ser o no ser, su inmensa complejidad confunde y aliena pero el espíritu sensible siempre encuentra huellas para afirmar su existencia y presencia. Magnífico registro de la lucha estética y sus victorias.
ResponderEliminarLas huellas que deja el D.F son imborrables, son marcadas con el hilo que ata las emociones.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo!
Me encanta esta fotografía.. es magnífica.
ResponderEliminarMe gustaría tumbarme ahí....
Y dejar que el cielo caiga...
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