20 de abril de 2009

A todos aquellos que no desearon mi felicidad


Hay personas que vienen al mundo para amar y otras para destruir, a veces esto ocurre porque en un momento de sus vidas se dieron cuentan que no podían controlar el dolor ni el sufrimiento de saber que nadie tiene derecho sobre tí.

Son los ojos de la ausencia de la belleza. Son los ojos del olvido.

Me han clavado alguna vez esos ojos, sentí la partida, la huida, el abandono y la desesperación que sigfnifica la ausencia de la belleza, de la felicidad, la retirada de una amistad, de un compromiso,  la privación de todo lo que yo entregaba y que ahora omitías por que no sabías que tus batallas, no son las mías , que tus frustraciones no son mías, que tu vacío no le pertenece a mi corazón y que;  si te ayudé sin exigir y sin beneficios; que si te di acciones y no promesas, fue mi decisión.

Y eso, me hace única culpable de los afectos que me dolieron.

Que si todo lo que hice fue establecer y confeccionar unos hilos de amor en un tejido que  tú piel no soportaba, y que no sabía entender, ese no es mi problema, es tuyo, sólo tuyo.
Y lo es también, por no saber : ver, sentir, amar, deplorar, arrepentirse, impresionarse, conmoverse, palpar mi latido, presagiar que mi sonrisa era verdadera, que mi mano empujaba tu vela, que soportaba tus angustias y tus inquietudes a cambio de mi desgaste, de mi energía,  y de una erosión en lo más profundo de mi corazón.

Tengo 38 años y tengo mucha suerte , en toda mi vida solo cuatro personas traicionaron mis sentimientos, sólo cuatro turbaron mi presencia en este mundo, clavaron los ojos de la indiferencia en los ojos de  mi afecto, de mi amor...
Todo lo que entregas es igual de verdadero, la diferencia es puramente física.

Y ahora entiendo y hace tanto que perdoné a los que no me hacían libres,  que tengo que agradecer y que reconocer  que sin estos hechos, no sería lo que soy, así que agradezco lo vivido como parte de mi, porque me pertenece en todo lo que significo, ahora sé que prefiero un adiós a un hasta luego que agoniza mis emociones, mi predilección, y todo el inmenso amor y respeto,  que algún día creí que todos ustedes merecían.

Espero que todos ustedes y los que vengan, (soy tan extraordinariamente joven para el universo)  se den la vuelta,  y no se paren ante mi, si no lo saben hacer con la materia de lo verdadero, con las manos llenas de sueños por entregar y con un guiño de su alma que me haga ver y sentir , que si vales la pena en mi vida.

La vida es tan maravillosamente intensa pero tan corta... que os digo adiós, y no un hasta luego.

Ojalá algún día puedan comprender que les amé, y que fue verdadero, serían tan felices como yo lo soy ahora y lo he sido siempre.

Texto
Penélope Sierra
Fotografía y edición
Penélope Sierra

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Volados